Llegar a estos pueblos cargados de misterio, donde el tiempo al parecer ha quedado suspendido, puede ser una experiencia fascinante para el viajero que anhela destinos alejados de lo común.
Hoy te invitamos a conocer estos pueblos fantasmas mexicanos que destacan no sólo por su singular atmósfera sino por complementos como su arquitectura, gastronomía e historia.
Real de Catorce, San Luis Potosí
Aunque el turismo ha aumentado mucho en este destino, ya que hace muchos años se ganó el apodo de pueblo fantasma por excelencia, no cabe duda de que Real de Catorce continúa teniendo un ambiente totalmente místico.
Por 200 años la industria de la minería fue la principal actividad de este sitio que se localiza apenas a 2 horas de la capital. También sobresale por ser parte del desierto de Wirikuta, zona sagrada para los huicholes.
San Juan Parangaricutiro, Michoacán
Tras la erupción del volcán Paricutín en 1943, este permaneció semiabandonado, ya que sus calles se colmaron de lava y lo único que subsistió fue una iglesia.
Hoy, este lugar ha sido rescatado y pertenece al Nuevo San Juan Parangaricutiro, un paraje fascinante para visitar a pie y admirar su hermosura natural.
Misnebalam, Yucatán
Cuando se habla de pueblos fantasma mexicanos, este territorio cuenta con todo lo que el viajero desea. Es sede de leyendas de corte misterioso que le dan un contexto aún más tenebroso.
En la década de 1920 tuvo mucha popularidad por su gran producción de henequén. Sin embargo, el pueblo poco a poco se fue hundiendo en decadencia hasta que en 2005 el lugar tenía un registro nulo de pobladores.
Guerrero Viejo, Tamaulipas
Guerrero Viejo o Antigua Ciudad subsistió con vida hasta el año de 1953, cuando sus habitantes fueron forzados a dejar sus hogares. Esto fue debido a la edificación de una presa cerca de Río Grande, escenario que provocó que muchos pueblos colindantes se inundarán, entre ellos Guerrero Viejo.
Algo icónico acerca de este poblado fantasma es la cúpula de la Iglesia De Nuestra Señora del Refugio, lo único que descuella de las aguas que vistieron al pueblo. Se halla restaurada y se erige como uno de las insignias de su historia.
Yuniet Blanco Salas